Fijar las líneas rojas que marcan lo que estoy o no dispuesto a hacer en mi vida profesional, así como en la personal, tiene todo el sentido del mundo. Esas líneas nos servirán para abandonar proyectos en los que me obligan a salirme de ellas y, también, para elegir mis próximas experiencias. En un mundo en el que la velocidad de los cambios es vertiginosa, el trazado de esas líneas puede ser el factor diferenciador entre los que “están” y los que no…